Laura De Stefano.- “De ustedes depende que sean buenos cristianos. No los desvíen en otras creencias o religiones, por el contrario refuércenles la fe católica,” pidió el padre Germani Silva a los padres y representantes de 29 niños de Marapa que recibieron el sacramento de la Primera Comunión en la misa celebrada en la sede del Club de los Abuelos con motivo de la fiesta de la Virgen del Carmen, patrona del sector.
El vicario de la Parroquia San José Obrero les recordó que desde este momento reciben a Jesucristo en la eucaristía, alimento del alma, y que este sacramento nos ayuda a cumplir con la voluntad del Padre Eterno. “Si queremos ser próspero en la vida, debemos estar siempre acompañados por Dios y su Hijo en la hostia. No dejemos de comulgar, porque es alimento espiritual.”
Espera que ese mismo grupo el próximo año, el 1° de mayo, reciba del obispo de La Guaira Raúl Biord Castillo el sacramento de la confirmación. Exhortó a los niños a portarse bien y a realizarse como verdaderos cristianos católicos. A los padres les pidió motivar a sus hijos ir misa y acompañarlos todos los domingos en la ceremonia litúrgica.
Antes de la bendición final, la imagen de la Virgen fue llevada en procesión desde el terreno de la electricidad hasta las ruinas del templo, hoy convertido en un establo. La peregrinación la encabezó el presbítero Alfredo Bustamante, párroco de la iglesia de Mamo, acompañado de los feligreses, representantes y de los niños de la primera comunión, a quienes les dijo que desde ahora están más comprometidos con Cristo.
Los cantos litúrgicos estuvieron entonados por el ministerio de la música.
Reto cumplido
El padre Silva agradeció a las catequistas Guadalupe Simoza, Regina Requena, Raiza Ríos y a Josmar Pepper por asumir el reto de preparar durante nueve meses a los niños para su primera comunión. “Desde 2009 que no se realizaban una primera comunión. Este grupo perseveró hasta el final, no fue fácil, pero gracias a las catequistas y a los padres que lucharon para que sus hijos asistieran a la misa.”
Manifestó su alegría de celebrar junto a la comunidad la fiesta de la Virgen del Carmen y se mostró muy impresionado por el trabajo hecho por los feligreses que se esmeraron en adornar el lugar donde se ofició la santa eucaristía. “Lo que realizamos con amor queda hermoso y perfecto, porque lo hacemos para Dios.”
Regina Requena indicó que las catequistas le propusieron al padre formar a estos niños que acudían todos los domingos a sus clases de 9:30 a 11:30 am. Durante el tiempo de preparación, se realizaron una vez al mes escuelas para padre y un retiro. “Nosotros necesitamos nuestra iglesia para continuar con estas actividades.”
Solo ruinas
El presbítero Germani nos recordó que la Virgen del Carmen nos conduce en nuestro peregrinar lleno de problemas, tentaciones, pecados y necesidades. Como una madre, indicó, siempre está pendiente de sus hijos desde que somos niños hasta la adultez.
Esta advocación, comentó, nos acompaña en el transitar de la muerte. El sábado siguiente, después del fallecimiento de una persona, ella nos ayuda a salir del Purgatorio. “Debemos ser agradecidos con la Virgen María. Ella espera que la saludemos y le agradezcamos, porque desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, la Madre de Dios está con nosotros.”
Este es el tercer año consecutivo que la feligresía celebra la fiesta de su patrona en una sede prestada, porque la anterior capilla fue demolida por las obras de embaulado del río que quedaron inconclusos. Sobre las ruinas solo queda el recuerdo del esfuerzo de la comunidad que con recursos propios levantó hace más de 40 años su capilla.