Los incendios forestales que asolan Grecia desde el pasado sábado han destruido ya más de 43.000 hectáreas y se han cobrado la vida de 28 personas, entre ellos 27 que se cree son inmigrantes irregulares y fueron localizados carbonizados en un bosque cerca de la frontera con Turquía.
El ministro de Inmigración, el conservador Dimitris Kairides, confirmó que un primer grupo de 18 fallecidos son inmigrantes y aseguró que esa tragedia “confirma los peligros de la inmigración irregular”.
Todos los fallecidos eran varones, entre ellos dos niños, según declaró Pavlos Pavlidi, el forense que examinó los cuerpos, a la agencia griega APE-MPA.
“Todos fueron encontrados en grupos de dos o tres a una distancia de quinientos metros, al parecer mientras intentaban escapar”, señaló el experto médico.
La Unión Europea ha anunciado que cinco aviones de extinción estacionados en Croacia, Alemania y Suecia se dirigen ya para participar en los trabajos de extinción, así como un helicópteros, bomberos y camiones cisternas que se movilizarán desde República Checa.
Esos equipos, organizados por el mecanismo de protección civil de la UE, se unirán a los aviones y equipos enviados el lunes desde Chipre y Rumanía.