- Esto ha ocurrido en los últimos cuatro meses, y cuatro pacientes con pie diabético han tenido que ser amputados
Doriana León.-
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Como la peor situación desde que se inauguró la Unidad de Pie Diabético califican médicos y pacientes la escasez que enfrentan y están alarmados por la alta tasa de mortalidad.
Mónica Conde, especialista en diabetología y coordinadora del programa endocrino-metabólico del estado, señaló que en los últimos cuatro meses, la falta de hipoglicemiantes e insulinas ha producido que 24 pacientes de la consulta fallecieran por descompensaciones.
“Estamos muy mal. Nuestros pacientes están cada vez más complicados y no tenemos quién nos dé una solución. Desde enero no nos llegan insulinas y no tenemos cómo cubrir las necesidades”.
Destacó que aunque en las farmacias privadas están llegando algunos tipos de insulinas, son pocos los pacientes que pueden acceder a ellas por los altos precios. “El medicamento está llegando por encima de los Bs. 200 mil y la mayoría de nuestros pacientes solo percibe la pensión del IVSS”.
Respecto a los pacientes con pie diabético, informó que solo entre noviembre y diciembre han amputado a cuatro. “Mensualmente hemos amputado entre dos a cuatro miembros inferiores. Cerramos el año en rojo, pues en el 2016 terminamos con ocho amputaciones”.
Dijo que para las 300 curas semanales que se realizan en el servicio, ameritan cinco yardas de gasas y Minsalud solo está garantizando media yarda cada siete días.
Napoleón Viloria, paciente diagnosticado con diabetes hace más de 5 años, le fue amputado la mitad de su pie derecho hace 4 meses. La falta de insulina para nivelar los niveles de glucosa en su sangre y la escasez de antibióticos complicó la infección.
“Tenemos que traer todos los insumos para que nos puedan brindar la asistencia médica, y no nos podemos quejar del trato del personal, pero cuando la escasez impera es muy difícil la recuperación”.
Aunque 95% de los pacientes que acuden a este servicio, ubicado provisionalmente en el Ambulatorio Guaicamacuto en Macuto mientras inauguran la sede prometida hace dos años en Pariata, son de escasos recursos, deben gastar más de Bs. 300 mil semanales entre traslados e insumos.
“Yo me hago la cura cada tres días y debo pagar Bs. 300 mil a la semana al taxi que me traslada desde Catia la Mar hasta el centro y luego el retorno. Debo invertir para las curas Bs. 80 mil en gasas, 25 mil en vendas, el alcohol más de Bs. 20 mil, y el jabón líquido entre 15 y 25 mil bolívares”.
Además, trabajadores y pacientes deben comprar botellones de agua mineral para lavar las heridas porque no hay soluciones fisiológicas, y conseguir las bolsas negras para arrojar los desechos de las curas.
Los estudios médicos de rutina son otro dolor de cabeza para los diabéticos, pues cada tres meses deben hacerse un perfil 20, que actualmente oscila entre Bs. 105 mil y Bs. 150 mil, y el examen de la hemoglobina glicosilada en Bs. 200 mil.
“Tengo un año y medio sin conseguir la insulina y estoy a la buena de Dios. No tengo ni cómo costear los exámenes, pues la pensión solo me alcanza para medio comer”.
Aseguran que aunque se mantienen a la expectativa ante la próxima entrega de la Unidad de Pie Diabético en Pariata, consideran que el espacio no cumple con las características señaladas cuando se anunció la remodelación. “La nueva sede no está en las condiciones idóneas, y el quirófano no tiene las características para poder operar”, adelantó la doctora Conde./va