Aterradas se encuentran 18 familias del sector El Trébol, en Carlos Soublette, luego que el río Curucutí aumentara su caudal el miércoles en horas de la noche. Manifestaron que la fuerza del agua duró unas dos horas y media, logrando socavar las bases de sus viviendas y provocando deslizamientos de tierra.
José Quintana aseveró que hasta los momentos ninguna autoridad o funcionarios de seguridad han hecho acto de presencia en el lugar, pese a que han solicitado que hagan los trabajos preventivos, pues en total son 60 familias las que podrían verse afectadas.
“Calles como Río Chico, Caribe, Punta Brisa y Santa Clara están en alto riesgo. Hemos solicitado que manden maquinarías para que así limpien y puedan incluso quitar los árboles y grandes pierdas que ha dejado las recientes crecidas”.
Afirmaron que en oportunidades anteriores solo funcionarios de protección civil llegan al lugar, hacen algunas fotografías y luego se retiran, y que esto sucede únicamente cuando ellos insisten llamando por el temor del caudal.
“Cada vez la caminería se hace más angosta. Anoche un camión estuvo a punto de caer al río, pues unos 100 metros fueron a parar al cauce del río debido a la fuerza del agua. De no tomarse las previsiones frente a todas las ondas tropicales que faltan nos quedaremos sin caminería y casas”.
Algunos se encontraban dentro del cauce improvisando algunos muros de contención con rocas, pues temen que frente a una próxima crecida pierdan la vivienda que los protege hace 22 años.
Embaulamiento sin terminar
Habitantes del sector La Veguita, en Maiquetía, comentaron que desde el año 2017 el río Pierda Azul no le fue culminado el trabajo de embaulamiento, por lo que cada vez que este crece el temor se apodera de quienes viven en las adyacencias.
“15 familias le pedimos a Dios cada vez que llueve que nos proteja, ya que no desean culminar lo que en un momento comenzaron y nos daba mayor seguridad. Con cada crecida vemos como el terreno continúa deslizándose. Lo único que nos dicen es que si vemos que corremos riesgos nos salgamos de nuestras casas”, dijo Abrahán Mujica.
A la espera de la limpieza
Otros que ya no encuentran la manera de ser escuchados son los vecinos dela calle el Carmen, en Maiquetía, pues son 40 familias las principales afectadas una vez que crece la quebrada El Jabillo, la cual volvió a desbordarse debido a lo obstaculizado que se encuentran los diques.
“El agua logra tener un metro y medio de alto, y lo peor es que quedamos atrapados en nuestras casas, sin posibilidad alguna de salir en caso de una emergencia. La quebrada en sí tiene unos 4 metros de alto y es tanta la tierra que está al mismo nivel de las escalinatas”, comentó Argenis Villegas.
Asimismo, el drenaje por donde debería circula el agua se encuentra fuera de servicio, por lo que la problemática jamás se acaba y con cada ofrecida los daños persisten de manera alarmante.