Hasta 15 pares de zapatos y bolsos recibe Rafael Cárdenas a diario, zapatero de profesión, quien tiene 8 años con su puesto en el Mercado Comunitario de Catia la Mar.
Asegura que la demanda ha aumentado debido a que el poder adquisitivo no permite que las personas adquieran calzados y bolsos nuevos, sino que recurren a repararlos.
“Siempre vienen porque el zapato se les despegó, la suela está vencida o se les descosió. Yo le coloco tanto el material como la mano de obra. Incluso, el arreglo puede incluir algunas transformaciones en la pieza si el cliente así lo desea”.
10 dólares es el precio por un cambio de suela y 4 por coser el calzado. El cambio de un cierre en el caso de los bolsos se encuentra en 4 o 5 dólares, pues varía según los metros que se requiera, mientras que el cambio de tela está entre 8 y 10, puesto que en este caso se le coloca tela o cuero nuevo a toda la pieza.
“La estética para mí es funda- mental, por eso trabajo con ma- teriales de la más alta calidad, para así poder darle al cliente una pieza útil y bonita para su uso diario”. GH/jd