Laura De Stefano
Por cuarto año consecutivo, la parroquia eclesiástica Sagrado Corazón de Jesús, de la Páez, en conjunto con la comunidad parroquial Óscar Arnulfo Romero, santuario José Gregorio Hernández, realizó su actividad decembrina del hallacazo donde prepararon 1.964 hallacas y 69 bollos que repartirán el 24 de diciembre a instituciones de Catia la Mar.
“Cada día estoy convencido de que la Divina Providencia de nuestro Señor Jesucristo asiste esta actividad. Agradezco personalmente a todos los bienhechores por la confianza depositada en este equipo de trabajo que con sus aportes hacen realidad la elaboración de esa cantidad de hallacas. El año pasado llegamos a 1.700”, expresó con alegría el párroco Alfredo Bustamante.
La iniciativa nació a raíz de que muchos de los niños cuando venían al comedor parroquial manifestaban que no iban a comer hallacas en sus casas. Estos testimonios motivaron al sacerdote y a los voluntarios a confiar en Dios para comenzar hace tres años con esta jornada.
“En principio eran para los niños del comedor, a quienes les entregábamos a cada uno cinco hallacas para la Nochebuena. Pero, era tanta la cantidad que decidimos donarlas a instituciones como el Inass, el hospital de Niños Excepcionales, el Martín Vegas, entre otros”.
Un mes de organización
El padre Bustamante informó que en noviembre comenzaron con los preparativos del hallacazo. Este año, a pesar de la situación económica del país y por los preparativos de la consagración del santuario del beato José Gregorio Hernández, contactaron a los bienhechores para la actividad.
“Damos gracias a Dios que los mismos bienhechores fueron los que en esta oportunidad trajeron las donaciones para la elaboración de las hallacas”.
Recibieron 90 kilos de carne pulpa negra y 60 kg de pulpa de cochino para un total de 150 kg de proteínas para la elaboración del guiso.
Más 22 gallinas, 15 kg de cebolla, 15 kg de pimentón, 10 kg de ají, 15 kg de cebollín, 15 kg de ajo porro, 10 kg de ajo, 5 kg de cilantro, 24 litros de aceite, 10 kg de aceituna rellenas, 10 kg de pasas, 3 kg de alcaparra, 5 kg de ciruela pasa, 16 litros de vino, onoto, adobo, entre otras especies.
El jueves pasado se comenzó con la preparación del guiso que siempre ha estado a cargo del presbítero Alfredo Bustamante, acompañado de dos señoras del comedor Sembrando Esperanzas. Y el sábado se reunieron 98 voluntarios para la elaboración de las hallacas en “un ambiente festivo con la animación de la parranda del Sagrado Corazón de Jesús”.
Desde las 7:00 am hasta las 5:00 pm se armaron las hallacas que son sancochadas a leña para darle la sazón ahumada que caracteriza este rico plato venezolano.
“La Divina Providencia no dejó de asistirnos. Faltaba la cebolla y llegaba gente con bolsitas de cebolla a la parroquia, faltaba pimentón y nos llegaban con pimentón en la mano o harina PAN. Es impresionante cómo todavía las personas se abocan a la parroquia a traer ingredientes. Nuestro pueblo es sumamente generoso que de lo poco da”.
Enorme gratitud
Dijo que en el cuarto de cava de dos comercios son refrigeradas las hallacas hasta el 24D, cuando se repartirán a distintas instituciones. Pero, especialmente, a los niños del comedor Sembrando Esperanza, que atiende la comunidad de la Páez y al urbanismo Hugo Chávez en Playa Grande.
El padre mostró su enorme gratitud a la feligresía de Catia la Mar por su generosidad, a las panaderías que colaboraron con el desayuno y almuerzo para los voluntarios, al joven empresario que donó vino tinto de verano, las 4 carnicerías que llevaron las gallinas y la carne, a las empresas y licorerías.
También, a las voluntades de particulares que se hicieron presentes trayendo sus contribuciones./jd