1.500 fieles acudieron al inicio del Año Jubilar en Sagrado Corazón de Jesús

1.500 fieles acudieron al inicio del Año Jubilar en el Sagrado Corazón de Jesús

*El padre Colmenares dijo que este es tiempo para celebrar y también para reflexionar sobre nuestra fe

Laura De Stefano

La inclemencia del sol de las 3:00 pm no impidió que más de 1.500 feligreses, de las 10 parroquias eclesiásticas de Catia la Mar, participaran en la peregrinación por el inicio del Año Jubilar en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús que este 2025 celebrará su 50 aniversario de fundación.

A la procesión también se incorporaron feligreses de la zona pastoral del centro, algunas parroquias de la montaña y del este que junto a los sacerdotes, diáconos y religiosas caminaron desde la Clínica Popular Dr Alfredo Machado hasta la urbanización la Páez, donde se celebró la misa.

Al llegar al templo, que permaneció cerrado hasta la llegada de los peregrinos, se hizo el rito de la aspersión del agua bendita para recordar nuestro compromiso con el bautismo.

La misa fue presidida por el padre Alfredo Bustamante, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, y concelebrada por los presbíteros José Colmenares, Omar Hernández, Jorge Peña, Ángel Colmenares, Beiker Martínez, José Rafael Lugo y Daniel Acosta. También se contó con la presencia de los diáconos Rubén Perdomo, José Ramón y José Rafael.

Después de finalizada la celebración eucarística, se procedió al retiro de las 500 personas que se encontraban en el interior de la iglesia para el ingreso de un nuevo grupo de feligreses que estaba afuera y así de esta manera todos los peregrinos pudieran ganar las indulgencias plenarias. El templo se vació en tres oportunidades.

Tener confianza en Dios

El padre José Colmenares destacó en su homilía la importancia de “tener nuestra confianza puesta en Dios y no en nosotros mismos. La Palabra nos enseña que Dios siempre nos ofrece su guía y su fortaleza. Esta guía y esta fortaleza que nos da son infinitamente más grande que cualquier recurso que podamos tener nosotros mismos”.

Agregó que el Señor nos dice que cultivar nuestra fe es como hacer crecer una planta: necesita atención constante. Este crecimiento de la fe lo hacemos a través de la oración, del estudio de la Palabra de Dios, y en el compartir con nuestros hermanos”.

Esta comunión, indicó, con los demás cristianos es el motor que impulsa nuestra fe para anunciar el Evangelio y salir a compartir nuestras experiencias, fortalezas y también nuestras debilidades con los demás, “porque nos damos cuenta que no estamos solos en este camino espiritual”.

“Este confiar siempre  en Dios debe ser base de nuestra fe, Cuando confiamos en Él podemos superar cualquier dificultad, porque sabemos que está con nosotros, que nos guía, nos acompaña, nos sostiene y nos levanta en nuestra debilidad”.

Manifestó que para cultivar esa confianza en Dios necesitamos tener un proceso, eso no es de la noche a la mañana. Es un proceso continuo que nos ayuda a meditar su Palabra y a profundizar en ella, en este proceso es importante rezar siempre y en todo momento.

“Tenemos que pedir al Señor de manera especial que en este año Él nos renueve la esperanza, esa esperanza que se basa en la resurrección de Cristo que venció la muerte y al pecado, que ya no hay que tener miedo a lo que viene después,  porque sabemos que nosotros estamos en las manos amorosas de Dios”.

El padre Colmenares recordó que Jesús nos da la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida porque venció a la muerte con su resurrección. Él nos da esperanza en medio de las dificultades, porque nos recuerda que Él entiende nuestro sufrimiento porque pasó por momentos muy duros, pero salió victorioso,  su resurrección es la que nos da la certeza de que pase lo que pase Dios está con nosotros y al final triunfaremos”.

Señaló que este año jubilar es tiempo para celebrar y también para reflexionar sobre nuestra fe, un año jubilar que coincide con los 50 años de la comunidad parroquial Sagrado Corazón de Jesús, algo muy significativo.

“Este templo tiene que ser un faro de esperanza para toda una comunidad, el lugar donde las personas que se reúnen para celebrar su fe deben encontrar consuelo,  aquí tienen que sentirte parte de algo más grande que ellos mismos, que cada uno de nosotros y que esta comunidad parroquial a lo largo de los años siga siendo ese faro que ilumine y dé esperanza a todos los que más lo necesiten”.

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