Toque de queda impone el hampa

Luis López.- Pedro Pérez, conductor de la ruta Canaima-Tanaguarena, y chofer de la línea José María Vargas, no descarta que por la inseguridad haya paro de transporte. “No hay medidas efectivas y nos están matando.

Tenemos un pie en el volante y otro en el cementerio. Las autoridades solo hacen operativos cuando se presentan estos casos, pero a diario no sabemos con cuántos delincuentes vamos en el vehículo. Ellos saben hasta de los ingresos que hacemos a diario”.

En medio de su molestia por la muerte de uno de sus compañeros debido a la delincuencia desbordada, afirmó que “las autoridades son ineficientes, porque la delincuencia se les escapó de las manos. Solo por raticos le ponen interés a la vigilancia en las vías, pero siempre están desoladas. No es posible que desde Barrio Aeropuerto hasta Tanaguarena no haya vigilancia policial”.

Reitera que las autoridades solo están pendientes de presionarlos para que cumplan con su horario y con la carta de servicio, pero de qué les sirve si gracias a su ineficiencia lo único que le están dejando a las familias es la carta de defunción.

Reiteró, que una de las debilidades del gremio es el eterno miedo. “No podemos seguir con temor y dejarle nuestros problemas a otros. La indiferencia  nos cobrará mañana otra víctima”.

Imposible mejorar el servicio

Para Johan Salazar, conductor de la línea General Soublette, el robo de carros ha sido el modus operandi con más auge en los últimos meses por la delincuencia organizada. “Salimos a buscar el pan de nuestros hijos y encontramos la muerte”.

Expresó que es lamentable, pero habrá que cumplir horario de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde. “Se afectan los usuarios y el conductor, pero los organismos no cumplen con su responsabilidad. Nos exigen pero no hay retribución a cambio”.

Hizo referencia a que los puntos de control son ineficientes porque no hay trabajo profesional para erradicar la delincuencia que a diario los acecha.

Por su parte, Luciano Rodríguez, insiste que las mesas de trabajo con las autoridades ayudaría a bajar los índices de inseguridad.

“Las fallas del Gobierno con el suministro de repuestos ha hecho del robo de vehículos un gran negocio. En eso han incumplido, porque no se consiguen o los costos son altísimos”, comentó.

Con 30 años en la profesión, Orlando Escobar, chofer de la línea José María Vargas, refirió que los choferes carecen de seguridad social y cuando ocurren hechos lamentables como el de Álvarez, la familia queda a la deriva.

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