Papa Francisco misionero de misericordia y de Paz

El papa Francisco pidió hoy a los obispos y a todos los religiosos mexicanos que “no minusvaloren el desafío” que el narcotráfico representa para la “sociedad mexicana”, incluida la Iglesia, en su discurso en la catedral de Ciudad de México.

El papa Francisco fue recibido en México con mariachis y miles de entusiastas fieles en las calles para una esperada visita de cinco días al país, después de su histórico encuentro en Cuba con el patriarca ortodoxo ruso Kirill.

Con una fuerte metáfora, Francisco aseguró que el narcotráfico, por su proporción y por su extensión en el país, “es como una metástasis que devora”.

“La gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones no nos consienten a nosotros, pastores de la Iglesia, refugiarnos en condenas genéricas”, les insistió a los obispos del país reunidos en la catedral.

Por ello, les pidió “coraje profético y un serio y cualificado proyecto pastoral” para contribuir a crear una “delicada red humana, sin la cual todos seríamos desde el inicio derrotados por tal insidiosa amenaza”.

El sumo pontífice llamó a los miembros de la Iglesia a apoyar el combate al narcotráfico y la violencia, “comenzando por las familias; acercándonos y abrazando la periferia humana y existencial de los territorios desolados de nuestras ciudades; involucrando las comunidades parroquiales, las escuelas, las instituciones comunitarias, la comunidades políticas, las estructuras de seguridad”.

“Solo así se podrá liberar totalmente de las aguas en las cuales lamentablemente se ahogan tantas vidas, sea la de quien muere como víctima, sea la de quien delante de Dios tendrá siempre las manos manchadas de sangre, aunque tenga los bolsillos llenos de dinero sórdido y la conciencia anestesiada”, denunció.

El sumo pontífice también les pidió que “sean por lo tanto obispos de mirada limpia, de alma transparente, de rostro luminoso”.

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